(In Memoriam. Natacha Seseña, 1931-2011)
En la pequeña localidad bajo aragonesa de Foz Calanda (Teruel) se conserva en buen estado un gran horno de cerámica tradicional que estuvo en pleno uso hasta el comienzo de la guerra civil española. El horno, abandonado desde 1937 y en progresivo estado de ruina, fue objeto de consolidación y restauración en el año 2006. Hoy, constituye, posiblemente, el único ejemplo de este tipo de hornos para cocción de piezas cerámicas de gran tamaño conservado en Aragón.
En la pequeña localidad bajo aragonesa de Foz Calanda (Teruel) se conserva en buen estado un gran horno de cerámica tradicional que estuvo en pleno uso hasta el comienzo de la guerra civil española. El horno, abandonado desde 1937 y en progresivo estado de ruina, fue objeto de consolidación y restauración en el año 2006. Hoy, constituye, posiblemente, el único ejemplo de este tipo de hornos para cocción de piezas cerámicas de gran tamaño conservado en Aragón.
Aspecto actual del horno cerámico de Foz Calanda con el acceso a la cámara de combustión en la parte inferior |
El horno, desde el exterior, aparece como un gran volumen cilíndrico semi excavado en la pendiente natural del suelo con una altura que sobrepasa los 4 metros y un diámetro de 7,80 metros en su base exterior. La obra es de mampostería tosca de caliza trabada simplemente con arcilla. En su interior está totalmente recubierto por adobes y enlucidos de barro con algunos sectores formando una pequeña cámara perimetral entre la pared de piedra y la de adobe. El muro de la cámara de cocción alcanza en su base un grosor de cerca de 1,30 metros.
El horno con la entrada a la cámara de cocción (a la derecha) y un tercer portillo (a la izquierda),situado a la altura de la parrilla |
El horno presenta dos cámaras claramente diferenciadas con accesos a cada una de ellas mediante sendos portillos que tienen distinta orientación y altura. Aún existe una tercera entrada, situada justo por encima de la boca de la cámara de combustión y de la parrilla, que estaba cegada en el momento de iniciar los trabajos de restauración de la estructura.
Aspecto del horno y su entorno antes de inciar los trabajos de resturación |
Tras la retirada de tierras y escombros aparece el acceso a la cámara de combustión |
La presencia de este tercer portillo plantea algunos interrogantes sobre su funcionalidad para los que no encontramos una respuesta segura. Quizás se trate de una segunda entrada de calor o de apoyo a la cámara de combustión ya que esta pequeña puerta parece acceder a la estrecha cámara interior existente en el grueso muro que rodea elespacio de cocción de las cerámicas facilitando así la circulación de aire caliente no solo desde la base del horno sino también desde sus paredes. Pero, por otra parte, las características de esta puerta son casi idénticas a la lateral de carga de cerámicas del horno lo que parece confirmar que fueron construidas al mismo tiempo. En ese caso, su presencia podría tener relación con una importante reforma y ampliación de todo el conjunto, especialmente de la parrilla y de la cámara de combustión.
Aspecto del horno tras la retirada de escombros |
En la parte inferior y subterránea del horno se encuentra la cámara de combustión o de fuego que presenta, en primer término, un estrecho y largo pasillo con paredes y bóveda de ladrillo de cerca de 4 metros de longitud, 90 cms de anchura y 140 cms de altura, aproximadamente.
Pasillo de acceso a la cámara de combustión cubierto con bóveda de ladrillos |
Este pasillo da acceso a la cámara de combustión propiamente dicha situada bajo la gruesa parrilla que en algunas zonas llega a alcanzar casi un metro de espesor. La parrilla presenta un total de 21 perforaciones circulares o toberas para el paso de aire caliente, algunas de ellas realizadas con piezas cerámicas cilíndricas.
Aspecto de la parrilla tras su limpieza. Obsérvese el suelo construido con adobes |
La cámara de cocción está compuesta por cinco pequeños pasillos, en forma de arco apuntado, que se disponen perpendicularmente al pasillo de entrada y en cuya parte superior se encuentran las toberas por las que se transmitía el calor a la cámara de cocción. Toda esta cámara esta realizada con adobes y ladrillos con gruesos manteados de barro y en su sector central presenta una altura cercana a los dos metros.
Tramo final del pasillo de acceso a la cámara de combustión |
La cámara de cocción, de cubierta abovedada con una gran chimenea o abertura circular central, presenta una puerta de carga lateral de aproximadamente un metro de anchura por 1,60 m de altura rematada con arco dovelado que se utilizaba para introducir y apilar las cerámicas en el interior del horno. Esta abertura lateral se cerraba con adobes y barro antes de proceder a la cocción de las vasijas.
Puerta de acceso a la cámara de cocción desde el interior del horno |
Puerta de acceso a la cámara de cocción desde el exterior del horno |
En el entorno inmediato del horno existieron algunos espacios al aire libre y pequeñas dependencias cubiertas por simples techumbres de las que no se han conservado restos. En estos espacios se preparaba la arcilla y se elaboraban manualmente, mediante la técnica de urdido, grandes piezas cerámicas que se secaban a la intemperie antes de ser introducidas en el horno para su cocción.
Restauración de la bóveda del horno |
Como material de combustión se utilizaba especialmente la aliaga, un arbusto muy abundante en la zona, de rápida ignición y alto poder calorífico que puede alcanzar altas temperaturas en muy poco tiempo. Las aliagas se recogían en los montes del entorno de Foz Calanda, se transportaban en carretas y se almacenaban bajo un pequeño porche o cubierta de madera situado frente a la boca del horno. Para alimentar la cámara de combustión se introducían las aliagas por la boca inferior utilizando unas largas pértigas de madera. Al parecer, el proceso completo de carga, cocción y descarga de cerámicas podía durar varios días e incluso algunas semanas.
Bóveda y chimenea del horno tras su restauración vista desde el interior de la cámara de cocción |
No conocemos ninguna documentación sobre este interesante horno ubicado en la calle Cantarerías de Foz Calanda, en el extremo norte del núcleo urbano, ni tampoco sobre su origen. Parece probable, no obstante, que se trate de una estructura de época moderna o contemporánea directamente relacionada con la elaboración de tinajas y cocios “tipo Calanda” que tuvieron su mayor expansión entre los siglos XVIII al XX (Alvaro, 1999) si bien su origen podría remontarse a siglos anteriores cuando en esta misma zona prosperó la industria cerámica elaborada por alfareros moriscos (Seseña 1997, 121) que fueron pobladores predominantes, hasta su expulsión en 1610, en poblaciones como Calanda y Foz Calanda.
Aspecto exterior de la bóveda del horno tras su restauración |
Según la información aportada por algunos vecinos de la localidad, el horno era utilizado y gestionado hasta el comienzo de la guerra civil indistintamente por tres familias cada una de las cuales realizaba una cocción completa de piezas cerámicas. En el horno se cocieron sobre todo tres tipos de piezas, todas de tamaño mediano o grande como corresponde a las dimensiones del mismo: tinajas (para almacenar vino o aceite), cocios (de distintos tamaños, para lavar y blanquear la ropa utilizando ceniza como lejía) y cántaros (para almacenamiento y transporte de agua o vino).
Conjunto de tinajas y cocios "tipo Calanda" en una antigua bodega del Bajo Aragón |
El horno de Foz Calanda constituye un magnífico ejemplo de las raras y escasas estructuras todavía conservadas en el Bajo Aragón relacionadas con una importante actividad alfarera cuyo origen, mucho más lejos de la producción morisca, pueden remontarse con seguridad a los siglos anteriores al cambio de era, en plena época íbero-romana http://www.iberosenaragon.net/yacimientos/54/hornos-de-el-olmo-y-mas-de-moreno.html
BIBLIOGRAFIA
Alvaro, I. 1999: La cerámica Aragonesa. Cai. Zaragoza
Seseña, N. 1997: Cacharrería popular. La alfarería de basto en España. Alianza Editorial. Madrid.