La mejora de las comunicaciones y el transporte ha sido una constante en la historia de la humanidad. Aunque los cambios experimentados en el trazado o en la mejora de caminos y vías de comunicación han sido habituales en los últimos milenios no lo han sido tanto, al menos hasta finales del siglo XIX, en la forma de viajar: los desplazamientos a pie, a lomo de caballerías o en carruajes han sido comunes en todas las culturas durante milenios. En zonas tradicionalmente mal comunicadas y eminentemente rurales, como el Bajo Aragón, se han conservado las huellas de antiguos caminos carreteros. Presentamos algunos espectaculares ejemplos descubiertos en los últimos años.
Trabajos de limpieza de rodadas el yacimiento de Ciudad del Motor 26 de Alcañiz (Teruel) |
Huellas de antiguos carros
El tránsito continuado de carruajes y caballerías sobre lechos rocosos en el Bajo Aragón ha dejado, con el paso del tiempo, profundas rodadas y surcos longitudinales, especialmente sobre los paleocanales de arenisca tan abundantes en esta zona. Posiblemente las rodadas más antiguas que se pueden documentar con seguridad en este territorio sean las del poblado ibérico de La Tallada de Caspe en cuyo sector oriental, y junto a un escarpe rocoso, se conserva un pequeño tramo de unos 4,5 metros de longitud con anchos surcos separados por una distancia media aproximada de 130-140 cms (Melguizo 2005, 29).
Rodadas de carro en el interior del poblado ibérico de La Tallada de Caspe |
También en el conocido poblado íbero-romano del Cabezo de Alcalá de Azaila se conservan en varias calles las huellas de rodadas de carro que indican un eje aproximado de unos 130 cms de longitud. La distancia existente entre los surcos producidos por el paso de las ruedas de antiguos carros, es decir las medidas de su eje, constituye uno de los pocos datos objetivos a considerar para el estudio de este tipo de estructuras aunque sus implicaciones cronológicas no siempre son seguras.
Rodadas de carros en el acceso al asentamiento íbero-romano del Cabezo de Alcalá de Azaila |
Rodadas y medidas de ejes de carros
Veamos algunos ejemplos: el imponente conjunto de rodadas de carros en los caminos de acceso al yacimiento ibérico de El Castellar de Meca (Ayora, Valencia) presenta una anchura media de los ejes de aproximadamente 125 cms (Broncano y Alfaro, 1990, 195). En el yacimiento ibérico de Los Villares de Caudete de las Fuentes (Valencia) las rodadas conservadas indican un eje de entre 130 y 140 cms (Pla 1980, 48). En la vía romana de Caesaraugusta a Balsione se conservan rodadas de carros que indican un eje de aproximadamente 140 cms (Magallón 1987, 76). En la Redehuerta de Alcañiz se conservan también varios tramos de antiguos caminos con rodadas de unos 130 cms de longitud.
Rodadas en Ciudad del Motor-15 con un tramo de unos 130 m de longitud |
En general, se considera que los ejes de los carros medievales son de menor tamaño que los ibéricos y romanos pero al mismo tiempo también se confirma que estas medidas, entre 110 y 115 cms, son coincidentes en ocasiones con las de carruajes protohistóricos. En definitiva, y en líneas generales, las medidas de las rodadas son variables y poco uniformes pudiendo confirmar que existen similares anchuras de ejes de carros en diferentes épocas (Abad y Sala 2001, 189).
Hallazgos recientes en el entorno de Alcañiz
Los mejores conjuntos de rodadas de carro que hasta ahora conocemos en el Bajo Aragón se localizaron hace unos años, paradójicamente, en el interior del actual recinto deportivo de Motorland de Aragón, al norte de La Estanca de Alcañiz (Benavente, 2005-2006). En esta zona, y siempre en dirección sureste-noroeste, pudimos excavar y documentar hasta cinco tramos con rodadas de antiguos carros.
Rodadas en Ciudad del Motor-15 en proceso de excavación |
Una de las zonas documentadas, Ciudad del Motor-15, conserva un tramo ininterrumpido de unos 130 metros de longitud con un carril principal y varias bifurcaciones. La distancia entre los surcos tallados en la roca es de 110 cms. y el radio de las ruedas (calculado a partir de la profundidad de los surcos en las zonas en las que se comprueba el roce del eje en el suelo) es de unos 34 cms. Se podría deducir, por tanto, que el diámetro de la ruedas (posiblemente macizas) de estos antiguos carros, incluyendo el eje, sería de aproximadamente 80 cms.
Planta de las rodadas existentes en Ciudad del Motor-15 |
Rodadas y carriles en una misma dirección
No muy lejos de allí, en el yacimiento de Ciudad del Motor-26, se conservan dos sectores con rodadas. En el sector A se documentó un espectacular conjunto formado por cinco carriles que discurren por un lecho de arenisca en una misma dirección. La anchura entre las rodadas de estos cinco carriles es variable: mientras dos de ellos tienen una anchura de 120 cms los otros tres presentan unas medidas de 110 cms. La presencia de carriles paralelos se explica por el “agotamiento” de algunos de ellos, cuando los surcos excavados en la roca llegan a alcanzar hasta 34 cms de altura. A esa profundidad el paso queda inservible ya que el eje de los carros roza en el suelo tal como se observa con claridad en los desgastes producidos en algunos tramos.
Al menos cinco carriles discurren en una misma zona y dirección en el yacimiento de Ciudad del Motor-26 |
Planta de las rodadas existentes en el sector A de Ciudad del Motor-26 |
Rodadas del sector B de Ciudad del Motor-26 |
Planta y secciones de las rodadas en el sector B de Ciudad del Motor-26 |
Grabado situado junto al carril del sectro B de Ciudad del Motor-26 |
En el sector B se conservan dos carriles paralelos de unos 30 y 40 metros de longitud respectivamente con un trazado que gira hacia levemente hacia el noroeste. La distancia entre las rodadas es de 110 cms. Junto a este camino existe un grabado sobre la roca que representa una triple cruz cuyo origen, probablemente, tenga un carácter apotropáico o de protección para los viandantes. Su posible relación con el camino podría precisar mucho mejor su cronología medieval o moderna.
En el yacimiento de Ciudad del Motor-7 se documentó un tramo de rodadas de siete metros de longitud con una anchura de eje de 110 cms. En este caso la roca fue rebajada manualmente para poder continuar con el paso de carruajes a través de un paleocanal de arenisca creando finalmente un “cajero” tallado en la roca de unos 220 cms de anchura con una profundidad de máxima de unos 50 cms. Aún se documentan otras rodadas en otros lugares como en Ciudad del Motor-29 con un tramo de unos seis metros de longitud y una anchura de eje de unos 140 cms.
Bifurcaciones en Ciudad del Motor-15 |
Antiguos caminos del Bajo Aragón
El interesante conjunto de rodadas documentado (y conservado) en el complejo deportivo de Motorland de Aragón presenta siempre una misma dirección sureste-noroeste, coincidente con el trazado del Camino viejo de Zaragoza en dirección a Samper de Calanda que estuvo en pleno uso en la Edad media y moderna pero cuyo origen podría ser anterior. De hecho, en nuestra opinión, la principal vía de comunicación en época ibérica y romana entre los asentamientos urbanos del entorno de Alcañiz con el cauce del Ebro debió realizarse a través de la depresión de Valmuel y del camino natural del río Regallo, mucho más accesible que el sinuoso y complicado curso del río Guadalope. Precisamente junto al río Regallo, en dirección al Ebro, se localizan yacimientos de época ibérica y romana tan importantes como el Cabezo del Moro y La Caraza en Alcañiz o La Tallada y Palermo en Caspe, entre muchos otros.
Croquis de la ciudad de Alcañiz con situación de los caminos carreteros y de herradura en 1809 (Servicio Geográfico del Ejército, Madrid). |
En conclusión, la mayor parte de estas rodadas parecen haber sido producidas por carruajes con ejes de unos 110 cms de longitud lo que significa una medida algo menor que la documentada en yacimientos ibéricos y romanos del Bajo Aragón y de territorios próximos. Sin embargo, la presencia en esta misma zona de otras rodadas con medidas de 120 y 140 cms de podría indicar el paso de carruajes por este mismo camino en épocas anteriores. Quizá se trate, por tanto, de un camino de origen ibérico o romano que siguió siendo muy transitado en época medieval o moderna.
Ilustración medieval de un carro arrastrado por caballerías |
Bibliografía:
Abad, L. y Sala F. 2001: El poblamiento ibérico en el Bajo Segura: El Oral (II) y La Escuera. Real Academia de la Historia, Madrid.
Benavente, J.A. 2005-2006 (Inéditos): “Informes arqueológicos sobre los resultados de las excavaciones en la Ciudad del Motor (Alcañiz, Teruel)”. Gobierno de Aragón.
Broncano, S. y Alfaro, Mª M. 1990: Los Caminos de ruedas de la ciudad ibérica de “El Castellar de Meca” (Ayora, Valencia). Excavaciones arqueológicas en España, 162. Madrid.
Magallón, Mª A. 1987: La red viaria romana en Aragón. Estudios y Monografías, 3. DGA. Zaragoza.
Melguizo, S. 2005: Iberos en el Bajo Regallo. Iberos en el Bajo Aragón. Caspe
Pla, E. 1980: Los Villares (Caudete de Las Fuentes-Valencia). Trabajos Varios del S.I.P., nº 68, Valencia.